AL ATARDECER
CAPÍTULO XI
—Hola
María. ¿Cómo está mi cómplice en la huida?
—Nel
¿Cómo estás? Te iba a llamar ahora mismo para que me explicaras qué es el video
que me has mandado.
—Es
una grabación que hice con el portátil la noche pasada, y quería que tú lo
vieras para saber tu opinión.
—Si
no lo has manipulado tú, y es una grabación real, pues que quieres que te diga.
Es todo muy confuso. Unas velas que prenden a la misma vez estando alejadas
entre ellas, y una sombra o como lo queramos llamar que pasa por la ventana.
Creo que deberías enseñársela al dueño de las casas, porque como broma se están
pasando. Él sabrá poner medios para evitar que sigan con esa gilipollez. Y tú
por favor no te enfrentes a ellos.
—Se
lo comentaré a Pepe. Pero sinceramente no creo que sea una broma de mal gusto
ni nada que este realizado por una persona. Esto va mucho más allá.
Prácticamente desde que llegamos no han dejado de pasar cosas raras.
Anoche,
cuando un ruido me despertó, baje para ver lo que había sucedido. No vi nada,
miré por la ventana, y aprecié sólo a un tío que todas las noches sube con una
linterna hacia la parte más alta de la montaña que tengo enfrente. En ese
lugar, dando un paseo, he visto una casa, que debe de llevar mucho tiempo
cerrada. Y cuando me serené un poco, percibí un olor en la habitación muy
agradable a flores, creo, que son jazmines o damas de noche. Hoy he subido otra
vez al lugar donde se pierde la luz de la linterna y no he visto rastro alguno
de personas o de alguna actividad furtiva.
—Nel,
¿te das cuenta de que me estás hablando de algo que nunca se ha demostrado?
Pretendes convencerme de que estas teniendo experiencias extrasensoriales. Que
un espíritu de un lugar en el que nunca has estado, se quiere comunicar
contigo. Eso no es posible, Nel.
—María,
sabes que nunca he creído en estas revelaciones, incluso estoy empezando a
dudar de mi estado psíquico. No sé si tengo principio de esquizofrenia,
cualquier tipo de demencia o simplemente me estoy volviendo paranoico. Pero
ambos sabemos que no me voy a quedar de brazos cruzados. Necesito saber que
está pasando, si es una broma, una paranoia o, como he negado en muchas
ocasiones, existe la vida después de la muerte. No la vida física como nosotros
la conocemos, sino una vida espiritual.
—Sabes
que me preocupa que hables así. No hay nada que averiguar, sea lo que sea, no
va contigo. Por favor déjalo estar y vente para casa.
—No
puedo. Si abandonara esto no dejaría de atormentarme todos los días. Necesito
saber qué es y por qué está pasando. Pídeme lo que quieras, pero ahora no me
puedo marchar. Y no es solo cabezonería o amor propio, hay algo que me ata y la
única manera de liberarme es saber por qué.
—Comprendes
que no te puedo animar a que sigas hasta que sepas que está pasando y por qué.
Y también me dejas sin argumentos para hacerte desistir. Pero no puedo evitar
sentirme mal, si al menos estuvieses acompañado —y no me refiero a Thor—
estaría más tranquila.
—Puedes
estar tranquila cariño. No soy tan joven y alocado para meterme en un jardín del
que no pueda salir. Pero siento que alguien o algo me necesita. Y no voy a
perder la oportunidad de tener una relación con algo tan raro, por describirla
de alguna manera. Y si te puede hacer sentir mejor, te llamaré todas las
noches.
—Gracias.
Aunque creo que nos hemos dejado llevar por la pasión de un tema que no
conocemos. Llámame de vez en cuando. Un abrazo muy grande.
—Adiós,
preciosa, y muchas gracias por hacer que me sienta querido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario