AL ATARDECER
CAPÍTULO VIII
—
¡Hola María! ¿Qué tal?
—Hombre,
el niño perdido y hallado en la montaña. Por aquí todo bien, y tú ¿cómo llevas
tu introspección?, a ver si consigues aclararte y te vienes pronto.
—Pues
la introspección no sé cómo va, pero me lo estoy pasando de fábula. Bueno
anoche estuve a punto de atropellar a una chica, y hoy mientras daba un paseo
la he vuelto a ver.
—Y
el pueblo, ¿es tan bonito como te esperabas o te ha desilusionado?
—Ya
lo creo. La mayoría de las casas son de piedra, como a mí me gusta. Y tiene muy
pocos habitantes que como sabes es otro punto a su favor. Aunque si lo
comparamos con la infinidad de aldeas que hay por aquí, es multitudinario.
—
¿Estás solo o hay gente en las otras casas?
—Estoy
solo, si viene alguien será para pasar el fin de semana. Pepe me dijo que solo
tenía dos fines de semana alquilados. Así que prácticamente estamos solos.
Bueno entre comillas. Parece ser que hay unos gamberretes, que deben de tener
una copia de la llave, y de vez en cuando me hacen alguna trastada. Pero esta
noche tienen una sorpresa preparada.
—
¿Se lo has dicho al dueño de la casa?
—Sí.
Pepe dice que no es normal, y que no hay chavales en el pueblo ni por la zona,
que se dediquen a hacer esas tonterías. Se lo ha comunicado a la guardia civil
y agentes de medio ambiente.
—No
te vayas a pasar con ellos, que tú eres más burro que un arao. Posiblemente
solo sea un poco de ganas de broma.
—No,
solo voy a poner el portátil para que grabe toda la noche por si deciden venir
hoy. Y si los pillo pues que Pepe haga lo que deba, al fin y al cabo el negocio
es suyo.
—Bueno,
yo sé que tú tienes buen criterio y acertarás en la decisión de lo que hacer
con lo que grabes. Te dejo que necesito hacer unas cositas antes de ir a la
cama. Luego me cuentas. Cuídate mucho.
—Lo
haré cariño. Descansa y que tengas dulces sueños.
Como
le dijo a María, después de cenar y fumar un par de cigarrillos en la puerta
con una manta sobre los hombros, dejó su portátil grabando, tapando con cinta
aislante negra todos los pilotos que lo pudieran delatar.
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