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jueves, 14 de enero de 2021

Pensamientos

Hoy quiero escribir sobre mis pensamientos en relación al covid-19, ese microorganismo que ha conseguido confinarnos en nuestras casas. Supongo que muchos me conocéis aunque no de una manera profunda, por eso lo que voy a relatar os va a parecer el pensamiento de un loco, un imaginario, un idealista o cualquier otro adjetivo que os venga bien, pero no deja de ser una reflexión personal carente de cualquier prueba científica ni avalada por ninguna universidad, y eso que lo propuse a la de Massachusetts. Soy amante de la naturaleza, eso creo que sí lo sabéis, amo la vida que no he vivido, siempre he deseado trabajar en el campo, tener y cuidar una pequeña granja para mi autoabastecimiento, estar en contacto directo con la naturaleza, veinticuatro horas cuidando, vigilando, buscando los mejores pastos, preocupado por las lluvias y heladas, aprovechando cuantos recursos estuvieran a mi alcance, solo eso, una vida en solitario rebosante de paz y tranquilidad, posiblemente la anhele porque no la he conocido. Pero tengo una vida tan distinta que no deja de ser una utopía la búsqueda de una comunión total con la naturaleza. Ahora, cuando son las diecinueve horas y treinta y seis minutos, observo unas calles vacías, algunas miradas perdidas desde balcones y ventanas, una pequeñaja a la que se le queda pequeño su balconcito, pero que lleva con una entereza que ya quisiéramos otros para este encierro. Siempre he pensado al igual que todos vosotros que el mundo, o mejor dicho la naturaleza, se cansaría del ser humano porque no hemos dejado de ser unos inquilinos molestos desde que empezamos a evolucionar en él, hemos ido haciendo cuantas reformas creíamos convenientes, agujereando una vez tras otra cuanto nos apetecía, dañando el suelo, rompiendo muebles, en definitiva destrozando todo lo que no nos pertenece y nunca nos pertenecerá. Somos los seres más inteligentes que habitan la Tierra, o como decimos una y otra vez nuestro planeta o nuestro mundo, Jamás hemos sido dueños de ella y nunca lo seremos, nos creemos superiores a todo lo que nos rodea y dueños de la Tierra, aun cuando todos sabemos que no nos pertenece, que nosotros moriremos y ella quedara, dañada, pero viva, y cuando mueran nuestros hijos, nietos, biznietos ella permanecerá. En varias ocasiones he tenido esta conversación con Juana Mari, y es que no dejo de pensar que todo está milimétricamente estudiado, que ha llegado el momento de recibir de una manera cruel el mensaje que en tantas ocasiones nos ha mandado. Estamos, siempre bajo el punto de vista personal, padeciendo la selección natural más cruel que recuerdo, ahora mismo me viene a la memoria la Peste y la Gripe Española, pero estas no las he vivido. Es increíble que con los avanzados que estamos en ciencia y tecnología, que hemos llegado a explorar lo que no imaginábamos, estemos ahora asustados por un bichejo cabrón que no vemos. Sinceramente, nunca pensé que esto pudiera pasar, siempre he optado por un final más holibudiense; tornados, terremotos, volcanes, congelación, pero nunca que fuese un ser microscópico el que consiguiera que la raza humana se refugiara tras una máscara y se aislaran en sus hogares. Es todo lo que está ocurriendo lo que me lleva a pensar que es un mensaje de la naturaleza, que nos está pidiendo, como seres racionales, que la cuidemos, que la respetemos, que valoremos los que nos da y que apreciemos lo bonita y asombrosa que puede ser una vida basada en el respeto a todo lo que en ella se encuentra. Quizá sea una manera de decirnos que al igual que ha evolucionado la raza humana lo puede hacer otra cualquiera e incluso seres microscópicos, que no podemos dar por sentado que ella nos pertenece, que podemos hacer cuanto nos plazca sin tener que dar, por decirlo de alguna manera, explicaciones, pues somos los seres superiores, y por encima de nosotros no existe nada, bueno excepto para los creyentes que basan su fe en que el mundo fue creado por Dios, pero eso son creencias aparte. Me gusta pensar que con la aparición de este ser aprenderemos y tomaremos notas para el cambio en nuestra forma de vida y ser condescendientes con la naturaleza, ella nos lo ha entregado todo, hagamos un buen uso de su regalo.

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